Vuelvo para decirte que conocí la felicidad. Que a tu lado la palabra amor se quedó corta; y tengo que luchar cada día para que no crezca el miedo. Tú eres tú, y te debes a otras personitas, un lugar donde no sé si puedo entrar, una aventura de tamaño grande donde el control puede ser difícil y el daño latente. No creo ser capaz de despedirme sin al menos seguir intentándolo. No sé como utilizar la balanza. Seguimos en la batalla.