Sabes que este no es tu camino. Sabes que decir que no está fuera de tu capacidad. Sabes que te desconectaste por hacer fácil el trayecto. Sabes que no sabes que quieres, salvo no sentir esa zozobra recorriendo tu pescuezo. No esperes. Sí, si esperas. Acepta, no aceptas. Huyes de tí porque no puedes dejarte en paz.
Lecantar por la mañana esperando claridad y sólo ver una nube prefabricada.