Hola Sr. Vacío. Esta vez vengo a ganarte, con la lección sabida ( no sé si interiorizada) de que uno no se llena con otro. Crecer, buscar ayuda, aprender y esforzarse han sido las dinámicas de estos días, y ya me siento en el trampolín dispuesta a saltarte. Te miro sin soslayo y contemplo la herida abierta que sanará. Vaya que sí. No hay nada malo en tí, pequeña Leti.
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