Recogiendo la ropa. Alguna huele a mentolado, y no sé la razón. Recuerdo que las telas en tu casa solían teñirse de tabaco, y ahora, recogiéndola, huele a limpio o a mentolado. Quizá la lavaste estos últimos días, y sólamente recogió un buen aroma. El aroma de lo bueno que nos rodeó, del amor y el juego, de la amistad y el compromiso, de la unión. Gracias por ir metiendo las cosas en bolsas. Tuvo que ser duro, para mí lo hubiera sido, muchísimo, y sé que tú no lo muestras o no lo sientes, pero la realidad es la que es, somos humanos.
Espero de verdad ser fuerte y a partir de aquí no seguir intentando contactar contigo, sé que te duele, sé que me odias, que hay razones y que yo también las tengo. Sé que nunca funcionará, y que este vínculo es muy difícil de romper.
Quiero que sean mis últimas lágrimas, echaré de menos tu olor, nuestra vida.
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