miércoles, 15 de junio de 2016

Rara vez: cuando estoy con alguien, no estoy pensando.

Salvo en situaciones de extrema vulnerabilidad, rara vez hablo para resaltar lo que me atrae de la gente. Siento algo así como vergüenza.
Pero, ya que he tenido agallas para olvidar durante varias ocasiones, es lo justo recordar también, lo que en esos momentos enajenados debería tener en mente, si fuese una persona madura.
El día que nos conocimos fue espectacular, digamos que todo se juntó un poco para que acabara siendo una aventura.
En esos momentos pensé, que si eras tan majo, muy probablemente sólo acabara viéndote como un amigo, no sé porque las mujeres tenemos ese modo de sentir, teorías habrá, pero así lo hace nuestra cabeza.
Por otro lado pensé, joder, tiene que ser una persona abierta, me ha creído y se ha venido conmigo así sin más, a un lugar como ese, y además ha confiado en mí. Este chico muy normal no es. Sea como sea, tengo que conocerle.
Se te veía como elefante en cacharrería, pero fue muy divertido.  Alguien que ha hecho eso conmigo, puede saber que me tendrá para siempre. Para ciertas cosas soy así. Eso que ocurrió, no es para nada algo sencillo, se ha de ser de una pasta especial.
Odio la cerrazón mental, abrazo la apertura.
Seguimos quedando. Creo que jamás puedo cansarme de hablar contigo, que tienes mucho recorrido en tantas cosas, y encima lo expresas todo de un modo que encanta, eres fascinante sin mostrar que te lo crees por ello, lo cual tampoco es fácil de encontrar. Así que, contigo, olvido también mi ego, y sé aceptar cuando me estoy equivocando, mucho antes de lo que lo haría con otra persona.
Todo eso me hace sentir equilibrada y tranquila, y no querer acabar de estar contigo.
De todas formas, también noto que tienes bastante reserva, aunque sabes disimularlo bien, porque siempre habrá otros temas de que hablar, dejas caer cosas, y parece que estás diciendo, que todavía no estoy preparada o no soy tan de tu confianza como para oirlas, o quizá es que aun no te sientes cómodo ni consideras que debas contarlas... No lo sé, pero como soy algo retorcida, me las voy apuntando en la mente, no creas que no.

Yo no me estoy reservando. Quiero que sepas quien soy, desde el principio.

La verdad, mientras nos estuvimos conociendo, pensaba que podría mantenerme soltera pues, no sé, hasta el fin de de los días?, picoteando por aquí y por allá... sin comerme la cabeza.
Supongo que ahora puedes darte cuenta de porque no quería comérmela, porque lo hago como sino hubiera un mañana, e involucro si puedo, a quien se ponga por delante. Y no quiero hacerlo contigo.
NO obstante, pase lo que pase, de verdad, te quiero lo suficiente como para no comenzar así, lo que sea que se pueda empezar. Lo he hecho, pero creo que todavía era pronto, y no sabía lo que quería, pensé, bueno, pero sino somos todavía nada. Pero de verdad, no te quiero perder. Eres de lo mejor que me ha pasado en tiempo.
Cuando estoy contigo, no estoy pensando. 


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