Otra vez vuelvo a estar en las nubes, absorta, después de vivir un festival como es el de Monegros, quedan unas inmensas ganas de seguir allí, sintiendo ese semiparaíso terrenal, ese mundo paralelo.
Amo esa figura del Dj, haciendo su sesión delante de miles de personas, con esa contundencia, les veo moverse, y me vuelvo loca, sólo quiero dedicarles el mejor de los bailes, hacerles sentir que me gusta, y gustarles.
Mi corazón ha quedado prendado de bombos, esos que crean un trance de placer, un loop de gusto, amor, música, baile, goce de los sentidos... y estar en el centro, sin que nada tenga la capacidad de sacarte de ahí.
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