jueves, 1 de septiembre de 2011

Hago lo quiero, y lo que no también.

Finalmente decidí que quedáramos, no aguantaba la incertidumbre, ni siquiera te he echado de menos, tal y como nos iban las cosas, pero si he seguido recordándote, deseándote, añorando aquellos momentos en que el tiempo no pasaba, volaba sobre nuestras cabezas mientras nos mirábamos, rodeados del cielo.

No puedo evitar sentirme enganchada a esa sensación, eso que perdí por una tontería, el poderte mirar, con esa frescura, de quien nada esconde, y todo lo da...  con esos ojos de idiotas enamorados sin fin, que sienten, que ese amor es invencible.
Co todo; como se demostó; no pudo. Nuestro carácter, lo que había a nuestro alrededor, el pasado, la forma de ver las cosas, el presente, las interpretaciones erróneas, los agobios... nos sumieron en una relación tensa, miedosa, que no daba más de sí, y que finalmente provocó violencia en nosotros, pues nos llevó al límite.
Y así, acabó explotando, como un día predije, acabaría por desgaste, y, aunque lo hizo de un modo inesperado, ocurrió igual, dejándome desnuda y sin coraza ante la vida, con el corazón partido en pedazos, pero sabiendo que ciertamente, era lo mejor.

Ahora has vuelto, y mi corazón no está preparado, le da por huir, le da por anhelarte... necesita tiempo, y saber que de nuevo, puede amanecer... sea a tu lado; o en algún lugar desconocido....

Por eso hago lo que quiero, y lo que no también...

No hay comentarios:

Publicar un comentario