Tenebrosa vivencia

 Así es, como decidí dejar de sangrar; por la herida que abriste sin miramiento, bueno sí, del de tu ego. Flotan las palabras y los hechos inverosímiles supongo que intentando ganar algo que no es mi amor, porque nunca tendré el tuyo, por más que intentes disfrazarte, sigo sintiendo ese halo de indiferencia y de pozo en tí. No se atisba a ver el fondo, mi luz no puede entrar en tu tenebrosa vivencia. La falsedad es tu seña y aceptarlo mi tortura. Pero 100 veces preferiré la tortura, no se hablará más. Esta es mi vista y mi sentencia. Vete a cascarla!!! 

Camino

 Sabes que este no es tu camino. Sabes que decir que no está fuera de tu capacidad. Sabes que te desconectaste por hacer fácil el trayecto. Sabes que no sabes que quieres, salvo no sentir esa zozobra recorriendo tu pescuezo. No esperes. Sí, si esperas. Acepta, no aceptas. Huyes de tí porque no puedes dejarte en paz. 

Lecantar por la mañana esperando claridad y sólo ver una nube prefabricada. 

Ahí está.

 Hola Sr. Vacío. Esta vez vengo a ganarte, con la lección sabida ( no sé si interiorizada) de que uno no se llena con otro. Crecer, buscar ayuda, aprender y esforzarse han sido las dinámicas de estos días, y ya me siento en el trampolín dispuesta a saltarte. Te miro sin soslayo y contemplo la herida abierta que sanará. Vaya que sí. No hay nada malo en tí, pequeña Leti. 

Tranquila

 Estoy tranquila como un delfín saltarín. Si me quiero no le pondré a esto fin, a no verte ni cruzarse para no sentir la hiel fruncir. Tengo ganas de paredados, pues por fin voy a descansar, no ha sido como tirar dados. 

El agotamiento ha hecho mella y ahora sacaré mi aleta a pasear y voy a flotar y saltar sobre el agua y sonreír. 

Pacto

 Así lo hemos hecho. Pactando el fin, de un amor que hace más daño que enriquecer, que subió a un abismo y por ello ha de bajar a otro para poder finalizarse. Llevo meses luchando, con rabia y tristeza, y alguna vez ya la tan ansiada tranquilidad. Sólo debo pensar en mí, mi vida, familia, amigos, trabajo, y ocupar las horas en el trayecto del olvido. 

Prohibido hacerme más daño. 

Enredaderas y parras.

 Ven conmigo al país donde siempre estaremos de excursión entre tu identidad y la mía, recorrido dispar sin retorno, al no saber quién somos ni qué hacemos. 

Se mueve como una serpiente y teje como una araña. Es nuestro amor. 

Triste

 Cansada de llorar y sacar fuerzas. De subir y bajar, dentro del descenso. Me invade un sentimiento pegajoso de soledad y no veo luces. Me abraza una negrura espesa y sólo sé decir adiós porque el mundo no vale la pena. 

Baldía

 Ya no sé quién eres, ni quien soy yo. Hay poco a lo que agarrarse salvo el pozo del que me hablaste. Ella quiere ser libre y yo la dejo, aunque se encadene a miedos y hábitos. Esta noche es negra pero no baldía. A ver cuando podemos dormir. No soy dueña de nada. 

Emociones

 Echo mucho de menos los momentos en que estábamos felices viendo cosas o vagueando. Ojalá supiera dejarme llevar hacia tu mundo y aceptar que en realidad nuestros buenos momentos son pocos, por falta de tiempo y disposición. Que el amor así es dañino, que no puedo exigirte lo que no puedes darme. Yo no soy capaz de darte los días que querría estar junto a tí, tú te sientes presionado y no tengo forma de estar tranquila cuando me evades. He sido muy feliz muchos momentos y te lo agradezco, aunque hubiera preferido otras formas de diversión que nos dejaran lugar para estar en paz. Te quiero mucho y te extraño, y la vez sé que no puedo con todo lo que supone estar juntos. 

Colores

 Azul y rojo, así habrá sido. Nadie será del color que no vino. Aun así hubo una fusión tan fuerte que resulta difícil seguir respirando sin tenerte en la mente sin cesar. Debo curarme y buscar mi color, aunque me cuesta saber de cuál estoy pintada, si hay tanto borrón en mí. Creo estar preparada para asumir el final. No te llamaré. 

Verano roto

 Levanto con tristeza nauseabunda, que no sé cómo quitarme de encima. Tengo un dolor fuerte de que esto haya ido desarrollándose así, como ya sabía, como no quería. 

No puedo luchar contra mis ideas ni tus costumbres malogradas. Caer en tu pozo es un precio demasiado alto, demasiados intercambios víricos para cuatro días de placer, pero esos cuatro días, me daban la vida, o eso creo. Quizá no fuese para tanto ese estar juntos, más que por la extinción del echar de menos y ese aparente aceptar tuyo tranquilo de las cosas cuando en realidad nadie sabe que piensas, igual estabas pensando que soy idiota, a juzgar por lecturas hechas de manera ilícita de tus realidades escondidas.

Traición, una tras otra, fallos, dejadez, desidia. No tengo la culpa. Sólo quería estar contigo cuando no se puede, no esperar más cuando estabas cerca. Enfadarme y volverme a enfadar porque ahondas en mis heridas, las que tengo cuando alguien hace como que me quiere y de repente su prioridad es otra. NO he sabido y no he podido llevar tanta complejidad. Dos mundos, uno de luz que la dan tus niños y otra de sombra que la traes tú dejándote llevar hacia la destrucción. 

Supongo que esto será lento y pasaré días muy duros. Veranos rotos.

Qué quiero

 Va siendo hora de madurar y quererme de verdad, sin fisuras, apartando todo lo que me perjudica. Ima tú me salvarás de nuevo, mi ángel mi corazón el ser que más amor sin condiciones me ha dado. Tú estás mal, y a él no le ha importado dejarte sola con la pena, signo inequívoco de un egoísmo y mal querer que llevo tiempo tratando de relativizar, como si no lo hubiera visto desde el principio. Recuerdo nuestros principios tan extremadamente bellos y nocivos, y como sabía lo que costaría salir a flote. 

Otro día

 Hoy si creo podré cumplir sin enajenación. Espero poder pensar con algo de claridad desde una abstinencia abrupta y sin límite. 

La negación palpita indecorosamente entrañable. Todo lo que me has dado se ve difícil de superar, aun desde la gelidez y discutibles actuaciones varias, que me hacen danzar sobre arenas movedizas.

El patrón es dependiente y soterra mis luchas. Puede que aun así las pierda, pero será por mí, o porque dolerá un tiempo. 

Gracias, inmumerables gracias por todo lo vivido, no quiero llegar al fin. 

Hacer algo

 No sé porque tengo costumbre de echarte culpa de cosas. Es una dualidad. Hay cosas que has  hecho por mí y por las que tengo que estarte muy agradecida. Hay algo en tu persona, no sé si es por envidia, si es por no ver reacciones emocionales en tí, que me hace cabrear, quizás para poder ver algo. Te he hecho enfadar, yo he querido evitar males conocidos sin haber sucedido… no sé si la solución es dejarlo, no sé si existe ya otra opción, si alguno conviene al otro. Cuando estoy contigo el mundo se para, y luego todo va al ralentí esperando una nueva y breve vida contigo. No sé cómo hacerlo. 

Tanto

 Te he querido tanto, aunque siempre sabiendo que tendría que bajar de la nube, porque tu nube es de tormenta. A veces he visto las nubes y el sol, pero vuelve la tormenta y no sé a qué agarrarme. Yo ahora tengo nubarrones por costumbre, la soledad que engarfia en azotes y a la que temo con furia. Desesperada pienso en los momentos felices que perderé, descontando que ya no me siento feliz ni tranquila en otras muchas ocasiones. Quiero que las cosas sean distintas y no pueden serlo. Eso siempre va a estar ahí, y no puedo aceptarlo. Son muchas cargas ya para mi mente. Quiero ser libre y a la vez quererte sin problemas. Quererme está lejos o no tengo ganas, pero me veo obligada. 

Lo conseguiré?

 Nada parece gris. La perpetua subida y bajada resulta accesible desde cualquier entrada. Un laberinto de emociones embriaga el pestilente anonimato de tu silencio. Provoco porque quiero creer en mis principios. No quiero luchar contra momias de goma. Mi corazón se expande en puntas finas que agujerean mi cerebro para a través de él visualizar un vacío en que ya no estás. Mátame cactus. 

Suéter

 Con las letras al revés, estamos en una suerte de acampada, como un barco amarrado que ha sorteado la tormenta, con varias astillas punzantes indicativas de las heridas del combate. Deséenme suerte como lo hice a las barcas arrimadas. Soy una barca malherida que aprenderá de los vientos y las mecidas imponderadas por ella misma. 

Ves nubes y te emocionas. Cómo será ésta vez, sobreviviré o me absorberá un remolino. Estoy algo varada pero me recompondré. Gracias fieles compañeros y ayudantes. 

Lleno

 No se puede sentir la luz sin la oscuridad. Yo contigo estaba tranquila y segura, como si nada pudiera hacernos daño si estábamos juntos. Luego vinieron las dudas, creencias en inconveniencias, en caminos serpenteantes hacia lugares desconocidos que si podían lastimarme o de los que si sentir miedo agudo. Lo no controlable, la adicción, establecer lazos sin derechos. El miedo. Me lo quité de primeras, pero vuelve me persigue y se transforma.