lunes, 29 de agosto de 2011

Es el fin.

Cada vez más, mi corazón se dirige hacia él, hacia lo que ya conozco pero no puedo evitar.
Luchar contra él por evitar su dolor ahora, hará que no duela después, probablemente en mayor medida, pero es tan difícil aguantar... que casi puedo asegurar que no voy a poder hacerlo...
Y así andamos, sufriendo, luchando, por estar unas horas bien, cuando me olvido, y llorar cuando no hago más que pensar en él, cuando me da pena no darnos otra oportunidad, cuando no hago más que recordar nuestros buenos momentos, y dejo de dar importancia a los malos.
Aguantaré hoy?....
Mi habitación parece una leonera desde que escuché aquella llamada, llevo una semana sin bajar a comprar comida, estoy desmotivada para con mi vida, no me apetece seguir este reto, de estar tranquila, sola, por si un día tengo suerte y encuentro a alguien con quien me entienda.
Voy directa al pozo, nadie me puede salvar, salvo yo misma, pero yo misma se va, desaparece, todo me confunde, y duele.
Tirar por el retrete cinco meses en los que has tratado de desvincularte, mientras él te lo puso fácil, ahora que vuelve a tí, te has quedado indefensa, no sé de donde puedo sacar fuerzas, es que ni siquiera me apetece sacarlas.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Roto

Desde que escribo este blog, me doy cuenta que casi no he hecho otra cosa que hablar de tí... supongo que aquí se quedará, que no es porque te quiera tanto que tenga que volver contigo, pero me confunde estar así, y haber pasado de tí, para pasar a recordarte con más insistencia la semana pasada, hasta que finalmente, has aparecido, después de cuatro meses, roto, como lo estuve yo.
No nos queda otra más que componernos de nuevo, llorar, para que nuestras lágrimas sean el pegamento que nos una de nuevo, que nos haga tener agallas para encontrar otra forma de felicidad, con personas compatibles con nosotros.
Siento despreciarte, siento tener que huir de tí, siento querer que seas nada, y más siento que todo esto me siga dañando.



Fuerza

Seguimos en el día de hoy, mi parte buena y mi parte mala, mi corazón, mi cabeza, mis pulmones y mi estómago, intentando ser indiferentes a tu persona, por un futuro alegre y a salvo de las malas cosas de la vida.
Me doy cuenta, de que más que quererte, un día moviste mis fibras, mis entrañas, y sólamente me compadezco de tí, odio que te hagan daño, y, si hace falta, te regalo mi vida, como hice, porque tu estés bien.
Pero no estoy aquí para sufrir,  y ni siquiera te ayudo, porque sólo hacía que entrar en brote, en una espiral de odio, de impotencia, de saber que el camino que seguía junto a tí no hacía más que meternos en arenas movedizas y llenarse de piedras cada vez más prominentes que azotaban  y prendían en llamas nuestros corazones.
Ya está, ya se ha acabado, cuando te necesité no estuviste, me trataste peor que a una basura, ahora no puedes venir queriendo saber de mí, cuando lo único que has hecho es tratar que sintiera el dolor más fuerte.
Sólo necesito tener esa fuerza para conseguir la indiferencia, esa fuerza que generaste tú en mí, atravesando mi corazón sin compasión.

lunes, 22 de agosto de 2011

Rabia

Sólo apareces para eso, para dañarme, me llamas, y luego me entero de que es porque hace ya cuatro meses nuestro gato se os escapó?... y pensando, en porque me dices esto ahora, sólo se me ocurre pensar que es porque estás jodido, y quieres que yo lo esté también. Hay personas que me abren los ojos y me lo dicen, les doy la razón, porque no encuentro respuestas, y esa me parece una explicación plausible.
Siempre intento pensar bien, pero esta vez, de verdad que no puedo, será porque estoy en estado de shock,  porque todavía te quiero y sigo sin entenderte, y permanezco en el dolor sólo con sentir cerca tu presencia, como ha sido este día...
Quizá me engaño, puede que la realidad sea cruel, pero mientras pueda, me seguiré engañando, intentaré ser feliz, y no acercarme a quien me hace daño, a quien sólo muestra desgracias, a quien saca lo peor de mí, el demonio que llevo dentro, la duda, el rencor, la rabia de no entender que pasa, de aceptar que las cosas salen mal, siempre, si tú te arrimas.

Escuché tu voz

Es extraño, porque no pensaba que lo harías, intuía que estarías tan entero como para no llamarme jamás, en tu vida. Pero hubo factores externos, y quizá tu corazón helado palpitó cuando una amiga se preocupó por mí, por los excesos de la fiesta de este fin de semana.
Así que nada, lo dejaremos como mero anécdota, todavía no estoy preparada para saber nada de tí, y el salir fuerte de esto, todavía va a alegrar más mi últimamente ajado corazón, a causa de tu rechazo hiriente, sobrecogedor...

Esta mañana, al salir hacia el trabajo, pensaba, que bien estoy, no cambiaría nada, me siento alegre, feliz, quiero disfrutar, porque no sé lo que me tocará mañana, y esta tarde me has tocado tú, pero otro día puede ser algo más grave, por eso y por los que no pueden, sólo trato de estar alegre, e intentar que lo estén también los de mi alrededor, para eso estoy aquí, y es lo que voy a hacer, pues lo tengo todo.

martes, 16 de agosto de 2011

El bien y el mal

El fin de semana ha sido todo menos aburrido, pero traerá cola.
Por lo que sea,  el alcohol alteró mi mente y apenas recuerdo los momentos clave de la noche, o el día, al final no sabía ni lo que era. El caso es que me han tenido que contar lo que pasó, y no me siento para nada orgullosa, porque sencillamente, ni siquiera me identifico con las cosas que se supone hice y dije en ese estado. Así que es momento de recogerse, de agradecer el haber llegado sana y salva a casa, sin que lo demás ahora pueda tener mayor importancia, pues ya no lo puedo cambiar, no obstante, trataré de no volver a caer en lo mismo.
Y ahora me amargo, después de haber vivido una de las fiestas mejores de mi vida, aunque son tantas, que es más de lo mismo...

Ahora que siento menos dolor, que me acuerdo de tí, Kike, pero puedo ser más fuerte, puede ser hora de dejar esto aquí, y no volver a una vida con tintes arriesgados, en la delgada línea, entre el mal, y el bien.

martes, 9 de agosto de 2011

Sueños periféricos

La realidad ya no se ríe de mí, en su relación contigo, porque no te ve, porque ya sólo existes en los recuerdos, y estos van más o menos por donde quiero, sin embargo, esto no ocurre en los sueños, que se hacen, por ende, reales, en su dolor, y provocan angustia al despertar.

Sueño que no puedo ser feliz, que lo intento, pero algo me para, me bloquea. El amor que siento por tí,  me hace daño, él sólo sentirte cerca, o intentando entrar en mí, provoca que el sueño se convierta en pesadilla.
Y como ante tu vana apariencia, he tenido que convencerme y aceptar que para tí me convertí en menos que nada, tengo que resolverlo sola, por orgullo, por triste aceptación de que es así y no puede ser de otra manera, aunque duela, y lo pague, alguna mañana que otra.
Por eso me hallo, intentando disolver la idea de que seamos personas civilizadas y hablemos, dejemos esto en paz, sin rencores... por si se hace más liviano y dejo de verte como un verdugo.
Me lo dejaste claro, delimitaste con duros carácteres;  no quieres saber absolutamente nada de mí, y tampoco sé si estoy preparada para lo contrario.
Así, esto es sólo un paso más en el camino inefable que nos separará;  hacia la periferia de nosotros mismos.


jueves, 4 de agosto de 2011

Tres meses

Tres meses, es el tiempo que ha pasado desde aquellos fatídicos días, en que sentía mi mundo derrumbarse, y no poder aguantar el dolor, una angustia psíquica, cargante, que parecía no tener fin, y ahogaba.

Por primera vez tuve que usar una fuerza de voluntad desconocida , para no dejar que pensar en lo que estaba ocurriendo me hundiera en el pozo, de la culpabilidad, de no aceptar que se había acabado, seguir haciéndome daño, y, por el contrario,  mirar hacia delante, sosteniendo la respiración, anhelando que, quizá mañana, la punzada sería más próxima a la insignificancia.

He aprendido que, en el amor, a la única persona a la que debo hacer caso es a mí misma, que mi realidad es la que yo veo, no la que intentan que crea, pero, que aun así, cualquier cosa puede pasar.

Todavía tengo esa espina clavada, por no haber conseguido que fuéramos felices, pero sé que no estuvo en la mano de ninguno de los dos, y que al menos, se intentó.
Y ahora, intentaré usar esa fuerza que empleé para salir adelante, en todos los aspectos de mi vida.

martes, 2 de agosto de 2011

Uniones desdibujadas

Hay tensión, se nota en la mandíbula, en los ojos, la frente.... la cual se haya inmersa en un círculo, negro, con tonos grisáceos, absorbente; como un remolino de furor.
Notas el brillo en los ojos, el ceño fruncido, y miras los faros de otros automóviles, en la noche, como si fuesen cómplices. Nadie te ve, son otros ojos, hundidos.

El deseo ciega tu mente, dibuja uniones inseguras, brota, emana, atraviesa y desea ser atrevesado, en una pared densa, polarizada...

Quiero sangre, muerte, dolor; pasarlo bien.