jueves, 4 de agosto de 2011

Tres meses

Tres meses, es el tiempo que ha pasado desde aquellos fatídicos días, en que sentía mi mundo derrumbarse, y no poder aguantar el dolor, una angustia psíquica, cargante, que parecía no tener fin, y ahogaba.

Por primera vez tuve que usar una fuerza de voluntad desconocida , para no dejar que pensar en lo que estaba ocurriendo me hundiera en el pozo, de la culpabilidad, de no aceptar que se había acabado, seguir haciéndome daño, y, por el contrario,  mirar hacia delante, sosteniendo la respiración, anhelando que, quizá mañana, la punzada sería más próxima a la insignificancia.

He aprendido que, en el amor, a la única persona a la que debo hacer caso es a mí misma, que mi realidad es la que yo veo, no la que intentan que crea, pero, que aun así, cualquier cosa puede pasar.

Todavía tengo esa espina clavada, por no haber conseguido que fuéramos felices, pero sé que no estuvo en la mano de ninguno de los dos, y que al menos, se intentó.
Y ahora, intentaré usar esa fuerza que empleé para salir adelante, en todos los aspectos de mi vida.

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