Desde que escribo este blog, me doy cuenta que casi no he hecho otra cosa que hablar de tí... supongo que aquí se quedará, que no es porque te quiera tanto que tenga que volver contigo, pero me confunde estar así, y haber pasado de tí, para pasar a recordarte con más insistencia la semana pasada, hasta que finalmente, has aparecido, después de cuatro meses, roto, como lo estuve yo.
No nos queda otra más que componernos de nuevo, llorar, para que nuestras lágrimas sean el pegamento que nos una de nuevo, que nos haga tener agallas para encontrar otra forma de felicidad, con personas compatibles con nosotros.
Siento despreciarte, siento tener que huir de tí, siento querer que seas nada, y más siento que todo esto me siga dañando.
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