martes, 9 de agosto de 2011

Sueños periféricos

La realidad ya no se ríe de mí, en su relación contigo, porque no te ve, porque ya sólo existes en los recuerdos, y estos van más o menos por donde quiero, sin embargo, esto no ocurre en los sueños, que se hacen, por ende, reales, en su dolor, y provocan angustia al despertar.

Sueño que no puedo ser feliz, que lo intento, pero algo me para, me bloquea. El amor que siento por tí,  me hace daño, él sólo sentirte cerca, o intentando entrar en mí, provoca que el sueño se convierta en pesadilla.
Y como ante tu vana apariencia, he tenido que convencerme y aceptar que para tí me convertí en menos que nada, tengo que resolverlo sola, por orgullo, por triste aceptación de que es así y no puede ser de otra manera, aunque duela, y lo pague, alguna mañana que otra.
Por eso me hallo, intentando disolver la idea de que seamos personas civilizadas y hablemos, dejemos esto en paz, sin rencores... por si se hace más liviano y dejo de verte como un verdugo.
Me lo dejaste claro, delimitaste con duros carácteres;  no quieres saber absolutamente nada de mí, y tampoco sé si estoy preparada para lo contrario.
Así, esto es sólo un paso más en el camino inefable que nos separará;  hacia la periferia de nosotros mismos.


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